Un hombre de 80 años en la India desarrolló un extraño material similar a una cáscara de huevo alrededor de su testículo, como resultado de una reacción rara a una infección crónica, según un nuevo informe del caso.
Fue entonces cuando los médicos descubrieron que tenía un testículo derecho agrandado y "duro como una piedra". Las tomografías computarizadas revelaron que el hombre tenía un saco lleno de líquido alrededor de su testículo que había comenzado a calcificarse o endurecerse con depósitos de calcio.
El saco lleno de líquido, llamado hidrocele, no es parte de la anatomía típica del escroto, pero puede desarrollarse en respuesta a una infección. El desarrollo de un hidrocele es común, especialmente en los recién nacidos, y generalmente desaparece sin tratamiento dentro de un año. Pero también puede ocurrir en hombres mayores en respuesta a inflamación o lesión.
La causa más común de este saco lleno de líquido es la filariasis linfática, una infección causada por ciertas especies de gusanos parásitos. Las larvas de estos parásitos se transmiten a los humanos a través de las picaduras de mosquitos, y generalmente se convierten en adultos en vasos linfáticos humanos. Los gusanos se encuentran típicamente en regiones tropicales, incluida la India, donde ocurre el 40% de los casos de filariasis linfática en el mundo.
A nivel mundial, 25 millones de hombres afectados por filariasis linfática tenían hidroceles, y 15 millones de hombres afectados por filariasis linfática tenían linfedema o hinchazón en los brazos o las piernas, según una actualización de 2019 de la Organización Mundial de la Salud.
Pero es muy raro que el saco comience a endurecerse como una cáscara de huevo, una complicación del saco que se describió por primera vez en un informe de caso publicado en 1935. Esta "calcificación de la cáscara de huevo" del escroto indica que hay algún tipo de infección crónica dentro del hidrocele, según el informe.
La infección generalmente se puede tratar con medicamentos antifilariales, pero a veces, puede requerir cirugía u otras medidas, como cuidados y ejercicios especializados para la piel, según el informe. Los autores no dieron detalles sobre el tratamiento específico que recibió su paciente. Recomendaron que las personas que viven en áreas con alto riesgo de estas infecciones sean tratadas anualmente con medicamentos antifilariales.